Fuente: Entrevista publicada en la web de Pagina 12 el 22 de mayo de 2011.
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REPORTAJE A DANIEL FILMUS, EL CANDIDATO A JEFE DE GOBIERNO DEL OFICIALISMO.
Por Martín Granovsky
Acaba de llegar a un local de Rivadavia al 1200 desde donde irá a la consagración de la fórmula por parte de Cristina Fernández de Kirchner. Daniel Filmus, porteño, nacido el 3 de junio de 1955, se saca fotos con los militantes. Ensaya un discurso de agradecimiento que los cientos de seguidores interrumpen solo en un momento: cuando Filmus habla del ballottage. “¡Primera vuelta!”, suena un grito. El candidato sonríe antes de dialogar con Página/12.
–¿Cuál es la diferencia entre este momento y las elecciones porteñas de 2007, en las que triunfó Macri, o las legislativas del 2009, donde el kirchnerismo no ganó?
–Hay tres grandes diferencias, sobre todo en relación con lo que sucedía hace dos años. Hoy existe un enorme respaldo a Cristina Fernández de Kirchner en todo el país y también en la ciudad de Buenos Aires. Las transformaciones que encabeza son bien vistas en nuestra ciudad. Eso se refleja en las encuestas y en las caminatas. La otra diferencia es clara: en el 2007 Macri quería gobernar y ahora ya gobernó cuatro años. En el 2007 la gente pedía resultados. Ahora sabe que con Macri no los alcanzó. Lo peor, claro, es la situación social de la zona sur de la ciudad, donde Macri no hizo nada por mejorar las condiciones de vida. Pero el Estado tampoco estuvo presente para el conjunto de los porteños. Macri incurrió en 77 vetos. Y puedo decir que fue absolutamente democrático: no hizo nada por nadie. La tercera diferencia grande es que, transcurrida la experiencia de Macri, junto con Cristina vamos a trabajar en la construcción superior de la gestión cotidiana, entre Nación y ciudad.
–¿Cuál será el eje de campaña y, si gana la fórmula Filmus-Tomada, el eje de un nuevo gobierno porteño?
–Partamos de un concepto: queremos pasar de un Estado ausente a un Estado presente. Presente en educación, en salud pública, en seguridad, en viviendas sociales para los humildes, en viviendas para los sectores medios y los jóvenes con créditos especiales del Banco Ciudad. Con un Estado ausente la basura es un negocio. Para un Estado presente la basura es un problema de medio ambiente y de salud a resolver. Lo mismo pasa con los desafíos en el transporte público. No se pueden tomar iniciativas aisladas. No se puede pensar en un nuevo sistema de transporte sin puntos de transferencia para los tres o cinco millones de personas que, dependiendo de cada día, entran a la ciudad de Buenos Aires. De ellos, un millón doscientos mil llegan en auto.
–¿Qué cambiaría en la Policía Metropolitana con un gobierno Filmus-Tomada?
–La Ley Cafiero impedía traspasar la Policía Federal o funciones de ella. Tanto en el Congreso nacional como en la Legislatura nosotros votamos por cambiar la Ley Cafiero. Pero no votamos para que un jefe de Gobierno como Macri designara a cargo de la Metropolitana a un oficial sospechado de encubrimiento en el atentado terrorista más grande de la historia argentina. Queremos que haya un jefe civil elegido por los dos tercios de los legisladores. Y buscamos el control civil. Macri vetó la creación de foros de seguridad ciudadana. Así, la Metropolitana nació suscitando desconfianza desde el origen. Por sus jefes, por la inclinación vocacional hacia las escuchas y hasta por las pistolas eléctricas Taser, que fueron prohibidas por la Justicia. Nuestro plan es el traspaso con etapas y recursos, pero sin magia.
–¿Cuál sería la magia?
–Pensar que el solo hecho de que un distrito tiene policía propia garantiza la seguridad. Igual que a nivel nacional con el Ministerio de Seguridad que conduce Nilda Garré, tenemos una visión más integral, más responsable, con comisionados civiles y control ciudadano.
–¿Carlos Tomada tiene asignada una función especial?
–Sí. Lo hablamos hace unas horas. Me dijo que quiere ocuparse especialmente de concentrar las políticas hacia la zona sur.
–Pero en términos sociales, el sur cambió, ¿no? A veces parece que se habla solo de San Juan o Directorio, y no de Villa Soldati o las villas de Barracas.
–Nosotros nos referimos justamente a ese sur profundo y postergado en materia de soluciones públicas. Y ahí hay que llegar con enfoques multilaterales, ramificados, simultáneos. Que es, precisamente, la experiencia que Carlos desplegó durante ocho años en el Ministerio de Trabajo. Queremos una ciudad más moderna y más justa. Carlos quiere ocuparse especialmente de esas políticas.